LOGOPEDIA
Respirar por la nariz es muy importante para el desarrollo y salud general.
La respiración bucal es un hábito muy común en niñ@s en edad de desarrollo, a causa de obstrucciones de las vías aéreas superiores, desvió de el tabique nasal, adenoides inflamadas, etc. Aunque la mayoría de estos niñ@s puede respirar por la nariz y por la boca, cuando la respiración por la cavidad oral se torna crónica, empiezan a existir cambios tanto a nivel de oclusión como a nivel facial: cara alargada, ojos caídos, ojeras, nariz estrecha, narinas pequeñas, labio superior corto e incompetente y labio inferior grueso y evertido, o el también llamado ¨síndrome de la cara larga¨ por la posición siempre abierta de la mandíbula para permitir el paso del aire.
Aunque la respiración bucal no se encuentre asociado a ningún tipo de maloclusión, este hábito si puede llegar a producir problemas dentarios como son mordida abierta, mordida cruzada, paladar alto y estrecho.
A pesar de la controvertida discusión entre los autores acerca de que, la respiración bucal no produce cambios a nivel facial y dentario, la mayoría de los ellos concluye que si existe correlación entre el habito y las anomalías dentoesqueléticas.
El odontólogo tiene como responsabilidad reconocer el hábito en los pacientes que acudan a su consulta para poder referirlo oportunamente a un otorrinolaringólogo y al logopeda, así poder trabajar interdisciplinariamente para poder resolver el problema.
Si se realiza la operación de adenoides (vegetaciones) o tabique nasal y posteriormente no se lleva a cabo un programa de intervención logopédica para fortalecer la musculatura orofacial y establecer el hábito de respiración nasal correcto, el niñ@ no cambiará su patrón de respiración oral.
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